Porque cuidan la tierra en la que vivimos todos y en la que vivirán nuestros hijos... Yo también adhiero...
Carta Abierta
La tierra está en la agenda
El Colegio de Santiago al Movimiento Campesino de Santiago del Estero
Con esta carta queremos expresar nuestra adhesión y apoyo activo a la movilización que las asociaciones integrantes del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE) realizan desde hace un mes en Vilmer, sobre la ruta 34.
Desde su nacimiento -en 1990/91- esta asociación ha planteado con firmeza la defensa de la tierra y los recursos naturales y culturales que forman parte de su patrimonio ante el avance de la frontera agropecuaria. Lo hicieron con organización y valentía, y hoy el MOCASE es una referencia insoslayable para comprender a Santiago del Estero en el presente, como territorio donde coexisten legalidad e ilegalidad. Es pública la información sobre títulos de dudosa legitimidad, la presión material e institucional que ejercen algunos titulares de una escritura (“dichos dueños”) a veces indebidamente con el concurso de las fuerzas del Estado.
En simultáneo con una política de “crecimiento” se produce la apropiación de la tierra mediante la fuerza. Suman miles las familias desplazadas, y miles las amenazadas de desalojo. De este modo resultan vulnerados los derechos de los poseedores originarios a mantener su dominio del territorio, sus costumbres y creencias, configurando un gravísimo cuadro de agresión, desplazamiento y amenaza.
En los últimos años los distintos organismos del Estado han venido sostenido acciones independientes, poco congruentes entre sí, y en algunos casos contradictorias. Puede afirmarse que el gobierno provincial no ha dimensionado aún la gravedad del problema, ni ha reunido antecedentes para formular una política activa sobre tierra, ruralidad y cultura.
El problema de la tierra en Santiago del Estero involucra los derechos de la población provincial al espacio vital productivo y reproductivo necesario para mantener costumbres, idioma, estilos y artes de hacer, identidad de pueblo y de comarca, a pesar de las presiones para abandonarlos. La actitud gubernamental de no reconocer la identidad de las asociaciones y sus representantes es parte de esa ausencia de política y conocimiento técnico. Del mismo modo, la prensa oficial y sus adherentes no cuentan con información confiable sobre el tema y por lo común lo omiten o distorsionan
Por ello solicitamos a los/las dirigentes en el ejercicio de roles representativos públicos o privados con responsabilidad social:
· Equidad y respeto en el trato, en consonancia con lo establecido en la Constitución Nacional (Art. 14º y 16º) y los tratados internacionales que nuestro país ha suscripto.
· Seguridad humana para las familias rurales amenazadas por el desalojo o el desplazamiento, y resarcir a las que lo han padecido. (El Art. 17º de la Constitución Nacional garantiza que la propiedad es inviolable y ningún habitante de la Nación puede ser privado de ella, sino en virtud de sentencia fundada en ley).
· Reformas legislativas que faciliten y abaraten los procedimientos para las acciones de prescripción por parte de los poseedores.
· Unificación de conceptos y procedimientos en los casos en que se producen conflictos por la tierra, para lograr un actuar congruente entre los organismos técnicos con incumbencia en producción, desarrollo, agricultura familiar, cultura y derechos humanos, justicia y fuerzas de seguridad.
· Políticas dirigidas a promover el desarrollo local de las comunidades rurales, con la participación de las asociaciones de base, ong’s y organismos gubernamentales.
· Proyectos culturales dirigidos a comunidades rurales que permitan superar la brecha de inclusión y formación que las separa de las zonas urbanas.
· Competencia técnica e imparcialidad por parte de los actores del sistema político-institucional.
· Ampliar la información sobre la problemática rural
Deseamos reconocer la labor de las organizaciones no gubernamentales y sus técnicos y promotores que acompañan a las familias rurales en sus proyectos de producción, organización y promoción, así como a los/las comunicadores/as de la prensa independiente y de radios comunitarias que en las últimas décadas han tratado en su justa dimensión el problema. Y al apoyar al MOCASE en sus justas demandas, creemos oportuno:
· Solicitar a las comunidades de hermanos y hermanas que lo integran superar las divisiones de la última década –propias de la evolución de un movimiento social- en dirección a una mesa donde todos estén representados para sumar fuerza desde la diversidad organizada.
· Propiciar una política de restitución de derechos a la tierra para los pobladores y comunidades de las regiones rurales. Nos proponemos sumar nuestro trabajo hacia este objetivo prioritario, para articular una acción conjunta que en la próxima década permita alcanzar logros efectivos.
Hoy la fuerza de las organizaciones de nuestras regiones rurales ha resurgido. La distancia de clase y espacio ha comenzado a resquebrajarse. La subalternización histórica de origen social y género comienza a ser el residuo del pasado. Saludamos con un abrazo fraterno a las personas e instituciones que los representan, poniendo la palabra y el cuerpo en cada acto.
Tasso Alberto Rodolfo
Martínez, Ana Teresa
Canevari, Cecilia
Tasso, Victoria Carolina
Espinosa, Mariana Esther
Foro Ambientalista Santiago del Estero
Zurita, Carlos Virgilio
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