miércoles, 30 de junio de 2010

Discurso santiagueño para el 9 de julio

Celebrar la independencia, es ya una señal de cuanto valoramos este principio, y qué tan presente deseamos mantener estas huellas en nuestras vida cotidiana, como santiagueños y como argentinos. 
El día que nos convoca es también un importante símbolo, ese  9 de julio nuestros antepasados tomaron la decisión de manejar como pueblo,  su propio destino, y hoy, es esa la herencia que atesoramos y  que nos proponemos defender con nuestras vidas, si fuera necesario.
 Pero ¿qué significación habrá tenido la independencia para los hombres y mujeres que protagonizaron esos días de 1816?
Pensar en aquellos tiempos  nos es de gran utilidad; aunque  no resulte una tarea sencilla a la hora de entender los sentimientos de los patriotas de esa época y la conciencia que la gente común tenia de esos sucesos.
En Santiago como en el resto de las provincias, fueron elegidos los representantes para el Congreso de Tucumán en el cual se tomaría la decisión fundamental.  Nuestra provincia, vivía y tenía otras características diferentes de las actuales, como por ejemplo, la capital santiagueña no era una de las ciudades mas pobladas. El desarrollo económico estaba ubicado más bien sobre el Camino Real, junto al río Dulce: Silîpica, Loreto, Atamisqui, Salavina y Sumampa; y en el Río Salado: Matará, Asingasta y Guañagasta. Algunos de estos pueblos han desaparecido y otros han perdido la importancia de antaño, pero en ese momento fueron centros de una floreciente actividad económica y social.
En consonancia con su desarrollo, estos eran los pueblos donde se elegían los representantes que luego concurrían Santiago para decidir si se asumían o no, los cambios que se estaban proponiendo, primero desde Buenos Aires, y  luego en el Congreso de Tucumán.

  Por supuesto, había diferencias internas en la política local y no todos tenían la misma idea de la nueva Nación que se estaba construyendo. Mientras Pedro León Gallo y Francisco de Uriarte participaban del las deliberaciones en Tucumán como representantes de la ciudad de Santiago del Estero, Juan Francisco Borges, hombre del interior provincial, no dejaba de luchar por los intereses locales que eran de alguna manera contrarios a los del Congreso. Intereses opuestos que con el correr de los años permitirían finalmente, desembocar en la autonomía provincial. Borges fue fusilado en 1817 y la autonomía se declararía en 1820.
Entonces ¿Qué significado tenia la palabra o concepto de independencia para todos estos hombres de la historia? ¿Qué significado tiene esta palabra o concepto para todos nosotros que nos encontramos aquí reunidos? Las ideas que nos formamos de la independencia como valor y estado de la sociedad pueden ser diversas, pero sin duda compartimos la esencia de su sentido.
Al decir independencia no podemos alejarnos demasiado de la idea de madurez humana y social, del estado y capacidad de autosostenerse de una persona o comunidad, No en el individualismo egoísta, sino en la armoniosa capacidad de compartir, solidarizarse y también de detener los excesos de los que no saben respetar.
Así supieron hacerlo los congresistas de las Provincias Unidas del Río de la Plata, así lo marcaron nuestros dirigentes provinciales en los sucesos de la Autonomía. Usando las armas cuando fue necesario, pero también negociando y acordando cuando el marco de respeto permitía que así fuera.
Y de esos sucesos fundantes, somos el resultado los santiagueños y los argentinos del presente. De esos ejemplos de coraje y diplomacia podemos tomar los valores para formar a nuestros hijos y sostener en el tiempo, una forma de ser independientes con un costado de firmeza y  otro de solidaridad.
Muchas Gracias…

sábado, 5 de junio de 2010

La Republica de Italia y el Bicentenario de la Revolucion de Mayo

Palabras alusivas al 64 aniversario de la instalación de la forma republicana en Italia leidas en acto protocolar del Viceconsulado de Italia en Santiago del Estero.
Por Alejandro Yocca
La situación particular de fragmentación política, territorial y cultural de Italia durante el siglo XIX gravito en la elección de un sistema monárquico de gobierno para posibilitar su unificación. Solo un rey podía representar la garantía que los pequeños estados italianos necesitaban para volver a unir sus territorios reclamados durante siglos por las familias reales de otras naciones de Europa.
El Antiguo Régimen en la figura del rey Víctor Emanuel III, fue finalmente el responsable en 1922 de la liquidación de la democracia italiana. Agobiados por las crisis económicas y los fracasos políticos en los intentos de ordenar la vida económica e institucional de la península, el gobierno real optó por negociar con un osado líder que por esos años conseguía el apoyo de las masas insatisfechas.
Así Benito Mussolini fue nombrado primer ministro y paulatinamente fue neutralizando o eliminando las instituciones de participación democrática, creando en su lugar otras que sumirían al pueblo italiano en la aventura del fascismo, el terror y la guerra.
En esos años de crisis muchos italianos llegaron a la Argentina y a Santiago del Estero, Europa en general e Italia en particular no tenían posibilidades para todos sus habitantes y los caminos a América estaban abiertos. Era tan común para un italiano venir a Argentina como lo fue durante mucho tiempo para los santiagueños ir a trabajar a Buenos Aires. Muchos tenían parientes que los invitaban a venir, otros elegían la aventura de atravesar el océano sin una meta clara, pero en todos los casos el estimulo era la insatisfacción de vivir en la escases material y cultural de una etapa muy dura de la historia europea como lo fueron las crisis económicas y las guerras mundiales del siglo XX.
Esa insatisfacción llevo a los que se quedaron en Europa a creer en la locura del fascismo y ante la ausencia de alternativas los pueblos se embarcaron en una guerra que solo dejo muerte, hambre y destrucción.
Al final de casi siete años de combates, las duras enseñanzas que esta experiencia les dejaba sirvieron de cimiento para comenzar de nuevo. Es en este contexto que los italianos decidieron por medio de un referéndum terminar con el sistema monárquico y fundar la república. Dos años después, siguiendo el rumbo que se habían propuesto, los italianos sancionaron una nueva constitución y decidieron la expulsión de la familia real, por la relación que esta había tenido con el régimen fascista de Mussolini.
En la nueva constitución se propuso  el actual sistema de administración de gobierno basado en la forma republicana parlamentarista con una democracia representativa y multipartidista. El poder ejecutivo quedó a cargo del Consejo de ministros  liderados por el jefe de gobierno (Presidente del Consiglio dei Ministri), informalmente llamado primer ministro por ser uno de los cinco cargos más importantes del país junto a los de presidente de la República, presidente del Senado de la República, presidente de la Cámara de diputados y presidente de la Corte constitucional.
El poder legislativo se reasigno al Parlamento, que había sido disuelto, y al Consejo de ministros. El poder judicial se propuso en la nueva constitución como un campo independiente del ejecutivo y el legislativo, y gracias a ello tuvo un importante protagonismo durante los duros años de las décadas de los 60 y 70 llamados en la península Anni di Piombo, un periodo de inestabilidad política en el que los italianos se manifestaron en un clima de violencia callejera y luchas armadas.
Con una particular historia, sin duda diferente a la del pueblo argentino, los italianos festejan hoy la realización de un paso de madurez. En el marco del Bicentenario de nuestro primer paso de madurez como nación, acompañamos el festejo de nuestros hermanos italianos que caminan en la misma dirección. Buscan garantizar un Estado político en el que todos los ciudadanos puedan expresarse y gozar de los derechos básicos que ningún país en el mundo puede ya negar.
Festejar la instalación de la República Italiana, es entonces una oportunidad más para declarar nuestra adhesión a esta forma de organización que por el momento nos da las mayores garantías para el desarrollo de las personas en sus planos económico, social, político, cultural y espiritual.
Feliz día italianos, feliz día argentinos, y feliz día para todos.
Muchas gracias.